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EL TRABAJO Y LA INSATISFACCION, la motivación como lugar de superación humana.

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EL TRABAJO Y LA INSATISFACCION, la motivación como lugar de superación humana.

El trabajo siempre existió aunque de distintas maneras y nombres. Desde hace miles de años, el hombre tuvo que trabajar para sobrevivir, desde cazar y recoger su alimento, hasta poder generar ideas que le den forma a ese sustento. Es una actividad inevitable, la hemos ido convirtiendo y transformando a lo largo de los siglos y  es el marco en la cual el hombre ha encontrado una forma de organizarse para sobrevivir.

Fuimos siendo cada vez más imaginativos a la hora de resolver problemas. Algo que comienza siendo una incomodidad, un desafío, una falta o un deseo, (la falta siempre mueve al deseo), son los terrenos fértiles para propiciar una solución. Es por esta condición inevitable que se ponen en práctica condiciones laborales superadoras.

De aquí se desprende la percepción de insatisfacción. Esta se comporta como una señal y debemos atenderla. Es un síntoma importante en el que debemos diferenciar esta señal ya que un mismo síntoma en el cuerpo, puede representar varias cosas distintas. Un dolor de cabeza puede deberse a un problema cerebral o a un ataque de hígado, salvando las diferencias que un especialista puede atender mejor.

Con este ejemplo salvaje, quiero diferenciar que muchas veces tomamos el síntoma como la enfermedad. El síntoma nos ha ayudado a sobrevivir miles de años, como especie, debemos escucharnos. El mundo como se desenvuelve, muchas veces no nos permite parar y preguntarnos, hasta que algo “estalla” de alguna forma visible, puede ser violento o estridente, pero se nos hace notar. Está ahí para anoticiarnos que algo no está funcionando. La insatisfacción aparece en su máxima expresión.

En la actualidad, la propuesta sobre la salud mental y física que impregna esta época, nos da conciencia de la importancia de escuchar la insatisfacción y por ende la motivación, solo que esta última es más profunda y requiere un análisis punto a punto.

La motivación es el propósito de la vida, es el punto cardinal al cual nos dirigimos. Encontrar ese propósito no es una tarea fácil, porque es un algo interno, algo que no se copia desde afuera, no se dicta, no se descubre mágicamente, sino que se construye. Es la razón por la estamos motivados diariamente aunque no hagamos acciones siempre específicamente dirigidas a ese propósito.  Incluso pueden darse a medida que tomamos un camino y se va descubriendo otro de a poco. Esto nos diferencia del hombre antiguo, donde las motivaciones eran más ligadas a las necesidades básicas y  luego fueron separándose para que las motivaciones tomen una forma abstracta y reflexiva.

Con esto nos referimos a motivación como un impulso intrínseco para determinadas acciones. Uno o varios motivos pueden actuar como detonantes para mover una idea pero la motivación en sí misma es el espíritu que mueve a embarcarse en terrenos desconocidos. Llegamos aquí gracias a unirnos.

Es por esto, que la propuesta actual, es escucharnos dentro de los mismos entornos laborales. Ocuparse de los desequilibrios dentro de los grupos de trabajo, es visto cada vez más como un desafío y no como un problema. Personas capacitadas y altamente motivadas no garantizan resultados sino se tiene en cuenta la sinergia del equipo.

Esto se logra aceptando que los equipos de trabajos son los que tienen las respuestas a los problemas, en un proceso de reconocimiento de la autonomía y la responsabilidad conjunta. Se trata de crecer con las propias experiencias conjuntas. No existen soluciones desde afuera, sino que se generan a partir de la materia prima que dispone cualquier grupo humano desde una visión sistémica. Esto aumente la motivación y por ende la satisfacción, no solo con la relación laboral sino también con las relaciones entre los sujetos, legitimando la paridad que potencia las relaciones.

Esto no es tarea fácil, estar con el otro no es tarea fácil, requiere la aceptación de la incomodidad que genera la diferencia. Suponemos que un vínculo, por tener status de relación, viene con las condiciones dadas como para su mantenimiento, pero lo curioso, es que las condiciones de relación van mutando permanentemente, ya sea por influencias externas, situacionales, epocales y porque los humanos vamos cambiando con el tiempo, no somos inmunes a lo que sucede alrededor.

Entonces, cada relación, requiere una puesta a punto permanente. Trabajar las relaciones solo puede llevar a un consenso, a la construcción de motivaciones conjuntas e individuales que se potencian en producciones de alto rendimiento y satisfactorias.

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EL HOMBRE Y LA TECNOLOGIA, desafíos hoy de estar con el otro.

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EL HOMBRE Y LA TECNOLOGIA, desafíos hoy de estar con el otro.

Hace tiempo que la cuarta revolución, la tecnológica, viene a convocar la insuficiencia de nuestros modos de encarar el conocimiento y la relación del hombre con su trabajo. El piso en el que se asienta la ciencia y la tecnología, es un terreno que alcanza una estabilidad relativa. Existe un permanente movimiento en el que los instituidos, en palabras de Castoriadis (1999), se quebrantan para dar lugar a lo instituyente. O sea, lo estable, lo que parece permanente, nos precede y no lo cuestionamos por que vinimos al mundo y está ahí, pero que no se mantendrá del todo inmóvil, sino que muta lentamente. 

Entonces, el hombre es creador y amo de su creación y puede conjeturar un futuro a través de su imaginación a la vez que produce las herramientas para alcanzar sus metas. La inteligencia artificial es hoy, un ejemplo de esa imaginación.

La humanidad está creando cada vez más y mejor inteligencia artificial. Se ha pensado muchas veces que el hombre podría ser reemplazado por dicha tecnología. Por qué? Por que La Inteligencia Artificial (I.A.) es la capacidad de una máquina o sistema informático de emular en parte el comportamiento de la mente humana desarrollando capacidades que hasta hace poco solo estaban al alcance del cerebro humano, como la creatividad o el análisis complejo en base de datos incompletos. Se basa en procesos que incluyen el aprendizaje, el razonamiento y la autocorrección.

El hombre de la modernidad era uno que estaba cuerpo a cuerpo con el trabajo, aquel que rompía piedras a fuerza de herramientas manuales, hoy el hombre de la modernidad liquida es el que programa la herramienta que lo independiza de dicha corporalidad.

Ya no habrán personas en la cajas del supermercado, sino que de apoco, van ganando terreno las cajas automáticas o del “self service”, donde se ubica la persona que antes realizaba ese trabajo? Se re ubica en la programación las computadoras que pueden hacer ese mismo servicio automatizado, entonces, no sobran hombres, lo que cambia es las forma de trabajo y la preparación para llegar a estos avances. Se necesita una instrucción distinta para un trabajo distinto y un modo de funcionar nuevo del mundo cambiante.

Esto lleva a la pregunta, Nos estamos aislando entre nosotros? La respuesta es que si y no. Afirmativamente, nos hemos alejado de las formas anteriores del cuerpo a cuerpo, lo que era una imagen física, valía lo suficiente como prueba de existencia. Hoy conocemos tecnologías informáticas que pueden emular a la perfección un video o foto e incluso ubicar a una persona a través de avatares, haciendo o diciendo algo que no existió. El peligro de las Fake news está teñido de esta modalidad. A quienes no se cuestionan, los puede tomar desprevenidos y creer en “lo que ven” sin reparar en lo peligroso de esta práctica. O sea que, lo que vemos es lo real? Esto cambia las reglas del juego, además que nos exige una urgente puesta en funcionamiento de nuevos códigos penales y civiles. Como nos cuidamos entre nosotros como sociedad? 

Pero por otro lado, vamos encontrando otras formas de conectarnos, el team building como lo conocemos hoy, no tenía cabida hace 50 años atrás, porque la relación del hombre con su trabajo,

era  distinta y no requería los tipos habilidades sociales que hoy se requieren. Nos relacionamos amorosamente a través de apps, producimos cada día orientados al teletrabajo, discutimos en redes sociales. El matiz de lo tecnológico está bañando esta época. Parece que “cada hijo es más de su época que de sus padres” nos anoticia el viejo dicho. 

Antes, necesitábamos un hombre con potencia física, hoy probablemente necesitamos un hombre con rapidez visual para detectar, crear, o corregir los códigos fuente. Entonces, como se construye el estar con el otro en esta época de cambios laborales? 

El desafío es tomar conciencia de los modos de relacionarnos en y con el trabajo. Es construir lugares comunes con el otro pero que no sea confundida con lo idéntico, no todos somos iguales y eso es enriquecedor. En palabras de Sara Moscona (2022), se trata de un encuentro con el otro como posibilitador para producir subjetividad dentro de un marco de ética. Pensada esta última como la respuesta al interrogante esencial de cómo vivir con el otro y beneficiarse de la diferencia.

Y esto implica verlo con sus necesidades diferentes a las propias pero con un sentido común. Aquí es importante especialmente en los grupos y sobre todo en los grupos de trabajo donde se ocupan lugares diferentes dentro de la organización. Esto no niega el status de los liderazgos que se han convertido en heterarquicos, situacionales y circulantes

Que quiere decir? Que, contrario a la jerarquía, en la heterarquía predomina la horizontalidad y la circulación de lugares. En los grupos de trabajo, se traduce en un liderazgo que escucha y otorga valor de sentido a la producción de cada uno de los colaboradores, independientemente del puesto que ocupa.   

“Apela a la complejidad de sistemas donde los elementos que la componen, interactúan, se influyen y se afectan…tendiendo a la horizontalidad y multidireccionalidad” Matus (2020). 

En este sentido las combinaciones son múltiples, apelando a una adaptación más rápida y eficiente ante los cambios requeridos. Vuelve más capaces los grupos y pueden dar lugar al desafío como forma de plantearse las metas.

En estos tiempos, ya no se apunta a la resistencia al cambio, sino que el modelo es buscar la posibilidad de nuevas formas con la posibilidad de alternar entre la flexibilidad y la reflexión. Posibilitando construir sentido a las creaciones sociales, dar respuestas a nuevas preguntas dentro de una red simbólica en la que pertenecemos y estamos implicado.

Desde nuestra forma de ver, además del cambio, la evolución más interesante que se está produciendo en los últimos años, es en relación al coaching dentro de las empresas. En este punto, se está pasando del desconocimiento, la confusión y cierta reticencia a un uso habitual y convencido, apoyado en los resultados que se han ido consiguiendo y difundiendo entre profesionales en la gestión de personas que comprueban los beneficios de desarrollar a las personas que las integran, no sólo en aspectos técnicos, sino también en los emocionales y vinculares ya que justamente serán la red de soporte que permitirá seguir adaptándonos a los cambios que transitamos, esos… que nunca dejan de atravesarnos. 

Castoriadis, C. (1999). La institución y lo imaginario: primera aproximación, en la institución imaginaria de la sociedad, Tomo I. Barcelona: Tusquets

Inteligencia artificial: Definición, tipos y aplicaciones

Bauman, Z. (2005), Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos, México, Fondo de Cultura Económica

 El código fuente de un programa informático o software es un conjunto de líneas de texto con los pasos que debe seguir la computadora para ejecutar un cargador.(Wikipedia, 2022)

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Matus, S. “Alianza entre pares. Fraternidades, colectivos abiertos, tramas sociales”, Buenos Aires, ediciones Conjunto 2020

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Otoño, tiempo de reflexión y cambio.

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Otoño, tiempo de reflexión y cambio.

Una tarde salí a caminar por una calle desierta tratando de hallar una respuesta cuando todo dentro de mí era confuso. Me dejaba llevar por las calles de tierra de un pueblo de montaña, donde había pasado muchos veranos en mi infancia.

Conocía el recorrido, el camino era largo. A ambos lados, frondosos árboles escoltaban mis pasos… y al fondo el río, ese eterno testigo silencioso del paso de estaciones y años.

Caminaba queriendo encontrarme, sabiendo que habían cosas dentro de mí que no encajaban y no entendía: decisiones por tomar, frustraciones que afrontar, dedos inquisidores que me hacían sentir culpable si hacía o dejaba de hacer tal o cual cosa… me esforzaba por complacer a los demás, más de lo que podía imaginar.

Confiaba en que el propio movimiento del caminar acomodara las cosas por dentro, me sentía perdida una vez más y esa tarde, bajé la guardia…

De repente mis ojos encontraron una pequeña hoja en el suelo, una que antes vestía un árbol y ahora se sumaba a la alfombra de colores ocres, marrones y rojizos que pisaba.

Había visto ya muchas hojas en el camino, pero esta la levanté del suelo sin dudar, intuyendo que había un motivo, aunque lo desconociera.

Era otoño, tiempo de reflexión y cambio.

Mágicamente, como si alguien musitara cosas a mi oído comencé a pensar…

Este objeto que comúnmente se encuentra, era la señal de un paso que en ese instante encontraba sentido en mí.

Y tomé conciencia de que, así como el sabio árbol deja caer su follaje en otoño y se desprende de su ropa, de su máscara, de su escudo protector frente al “afuera” y decide concentrar su fuerza y energía en él, en su hacia “dentro”, así debía hacer yo… despojarme de las apariencias, del complacer, del “qué dirán”, quitar las corazas puestas y autoimpuestas refugiándome en mi interior, aprendiendo a conocerme a aceptarme y a cambiar.

Caí en cuenta que ese era un período de recogimiento y balance, de aprendizaje profundo que nos prepara para el invierno… y se me vino una imagen: la de una hoguera que cuando hace frío da gusto acercarse, en silencio, escuchando sólo el ruido de los troncos al arder y perdiendo la mirada en las llamas… esa hoguera es la que arde por dentro, es la llamita que debemos cuidar para que no se apague, para que cuando llegue la primavera, poder resurgir con un color verde más intenso, con la certeza de vestirnos, como lo hace entonces el árbol, de completa autenticidad, siendo uno mismo, una vez más, quien decide volver a la vida, renovado…

Y así comencé mi cambio o uno de tantos… agudizando los sentidos para alcanzar los significados ocultos de las cosas simples, esos que esperan ser descubiertos…

Una sonrisa se me dibuja en los labios y vuelvo a recordar: Otoño, tiempo de reflexión y cambio.

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